Ancris Santizo García es una arquitecta que se dedica a diseñar edificaciones sostenibles con materiales naturales como madera y tierra. Su pasión por la arquitectura surgió desde su infancia y, tras graduarse en 2004 de la Universidad Francisco Marroquín (UFM), comenzó su carrera sin dudarlo.
“El diseño arquitectónico es mi pasión. Me encanta resolver desafíos y luego caminar en ellos”, expresa.

Sin embargo, su camino hacia la arquitectura bioclimática no fue directo. Después de trabajar en arquitectura corporativa en los EE. UU., se dio cuenta de que su corazón no estaba en ello. Abandonó su puesto y encontró su alegría diseñando murales comunitarios y en parques infantiles.
Su vida cambió cuando se le presentó la oportunidad de diseñar una granja ecológica. Decidió aprender sobre permacultura y bioconstrucción. Este proyecto marcó el renacimiento de su amor por la arquitectura.
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Ancris, de 43 años, inicialmente planeaba usar tierra en su diseño, pero debido a las condiciones del terreno, optó por la versatilidad de la madera, convirtiéndose en sus materiales preferidos.
Para ella, la arquitectura bioclimática significa construir en armonía con el entorno, sin imponerse a la naturaleza.
La evolución de la educación en Bioarquitectura
Ancris señala que la bioarquitectura se ha vuelto más prominente en las universidades guatemaltecas en los últimos años.
“Hace 20 años, cuando me gradué, se hablaba poco de esto, pero ahora se está integrando más”, dice.
Además, menciona la creciente oferta de certificaciones de sostenibilidad, que enseñan a reducir costos a través de la disminución del impacto ambiental.
Sin embargo, destacó que la permacultura aún se enseña poco en las universidades, a pesar de su importancia para el respeto al medioambiente.
El equilibrio entre funcionalidad y sostenibilidad
Ancris encuentra el equilibrio entre la funcionalidad arquitectónica y la sostenibilidad ambiental relativamente sencillo. Comienza con un análisis del terreno y las necesidades del cliente, considerando elementos como la orientación y el tipo de piso más adecuado.
También destaca la importancia de usar todas las herramientas disponibles, como la escala, para tomar decisiones informadas sobre el diseño.
Trabajar con madera en climas lluviosos requiere madera tratada estructuralmente, lo que aumenta los costos.
Por otro lado, trabajar con tierra en épocas húmedas es más complejo, ya que los adobes deben secarse individualmente para conservar sus propiedades térmicas, de no ser así se convertirían en ladrillos.
Su proyecto más destacado se encuentra en Quetzaltenango
Para Ancris, el proyecto más grande que se destaca en su trayectoria como arquitecta, lo elaboró en Quetzaltenango.
Además, resalta que este fue un lugar en el cual la madera y la tierra eran muy convenientes debido a los cambios drásticos de temperatura.
“El adobe absorbe y recibe el calor de la luz del sol y luego lo transmite para adentro de la propiedad”, explica.
Del mismo modo, comenta que este proyecto cuenta también con baños aboneros, paneles solares, un aljibe de ferrocemento para guardar agua de lluvia y una chimenea, la cual es una “Estufa Rocket”, las cuales son supereficientes para reducir la cantidad de leña que se necesita para calentar una casa.
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Además, algo fundamental con lo que cuenta este proyecto y todos los demás que ha diseñado es con un tratamiento de aguas grises y ventilación natural.
“Lo más importante siempre es ver qué condiciones tiene el lugar y a partir de ahí se plantea lo que se va a hacer”, resalta.
Los beneficios de trabajar este tipo de arquitectura
Como uno de los beneficios principales de la arquitectura bioclimática, Ancris mencionó el confort térmico.
“Uno de los problemas principales de las casas de Guatemala es que hay mucho frío, hay mucho calor o hay mucha humedad. Pero con este tipo de construcción esto se evita”, explica.
Ahora a bien a nivel ambiental, por ejemplo, es que se puede aprovechar el agua de lluvia, el baño seco es otra de las medidas con la cual se puede ahorrar agua. Sin embargo, son decisiones que a veces no a todos los clientes les gustan.
Con respecto al impacto ambiental, Ancris comenta que no existe una construcción que no genere ningún impacto, pero sí se puede equilibrar para que este se reduzca lo más que se pueda.
“Por ejemplo, la mayoría de las casas que me toca diseñar son de campo, entonces lo que hago para empezar es primero respetar al cien el lugar. Es decir, no voy a cortar el montón de árboles para hacer una casa de ciudad, porque no estoy en la ciudad”, indica la arquitecta.
La evolución de la arquitectura bioclimática
Para Ancris la industria de este tipo de arquitectura lamentablemente aún va muy lento en nuestro país. “En Sudamérica esto es más avanzado, ya se ha normalizado la construcción con bambú. En España, por ejemplo, ya se trabaja con paja”.
Sin embargo, de acuerdo con la arquitecta en Guatemala, aún estamos lejos de comenzar a utilizar ese tipo de materiales. Situación que es preocupante, ya que los recursos cada vez son más escasos y el clima cada vez está más feroz.
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La arquitectura, una ciencia que reúne muchos elementos
Para Ancris Santizo García, la arquitectura es el arte o la ciencia de juntar una gran cantidad de elementos diferentes y armonizarlos. Tanto en un plano emocional, mental como espacial.
“Es una integración de todo. Es como el teatro, solo que aquí los materiales te permiten diseñar, crear el espacio de tu propia vida como tú quieras”, concluye Ancris.
Día del Arquitecto
Nota del autor:
El 5 de septiembre, Guatemala se viste de gala para celebrar el Día del Arquitecto, una fecha que rinde homenaje a los profesionales dedicados a dar vida a los sueños de sus clientes a través de la transformación del espacio. Este día especial conmemora el trabajo, la creatividad y la pasión que estos guatemaltecos aportan a la construcción y el diseño de edificios, hogares y espacios públicos.
Los arquitectos son mucho más que diseñadores de estructuras. Son narradores de historias que combinan forma y función para crear lugares que enriquecen la vida de las personas. Desde casas acogedoras hasta monumentos emblemáticos, su visión y habilidades son esenciales para dar forma al entorno que nos rodea.
La creatividad es la fuerza impulsora detrás de cada uno de sus proyectos. Además, estos profesionales se destacan por su capacidad para combinar tradiciones culturales con innovación y sostenibilidad en sus diseños. Cada edificio y espacio público construido se convierte en una obra de arte funcional que contribuye al enriquecimiento de la sociedad.
Es por eso que el Día del Arquitecto en Guatemala celebra no solo los logros pasados, sino también el futuro prometedor de la arquitectura en el país. Los arquitectos continúan dejando huella, construyendo un legado que perdurará por generaciones.
Este artículo forma parte de una edición especial por el Día del Arquitecto