A 76 kilómetros de San Salvador queda la playa La Puntilla, en San Luis La Herradura, La Paz. En los últimos días, ese lugar se ha vuelto viral luego de que vídeos de una casa abandonada en medio de la playa circularon en redes sociales.
La estructura agrietada, inclinada hacia la izquierda y enclavada en la arena no es una casa. Hace 25 años se le conoció como un hotel, y su nombre era hotel Puerto Ventura.
La desventurada historia de la «casa abandonada» cuenta que los propietarios de ese hotel decidieron construirlo varios metros adentro de la playa, pero la fuerza de la naturaleza pudo más. Con el paso de los años, las olas del mar golpearon la estructura, la inundaron hasta provocar el cierre del hotel.
La estrella de David en el techo
Algunas versiones de los lugareños indican que fue en 1998, durante el huracán Mitch que la estructura se dañó. Dejó de ser un hotel, para luego convertirse en sede de una iglesia cristiana. Eso explica la estrella de David en alto relieve, elaborada con cemento en el techo de la primera planta.

Este detalle en particular generó mucha inquietud entre quienes han visitado el inmueble. Incluso, una persona que aseguró estar adentro expresó el «miedo» que le generó el emblema del judaísmo. «Yo me metí, ya sin broma, en el techo hay una estrella de David, no me esperaba eso. Iba sin miedo, pero salí con miedo», confesó.
Peligro, no entre
La «casa abandonada», ubicada unos 15 metros adentro de la playa, no soportó el curso de las corrientes que llegan a ese lugar y colapsó. En la actualidad lo que queda del hotel aparece como las ruinas de lo que fue una casa de dos niveles.
La parte del frente tiene unos pilares tipo romanos, y las ventanas laterales y de la segunda planta, son grandes. Aún quedan las estructuras de hierro y un poco de cemento de lo que fue el acceso al segundo piso.
En la parte de superior hay escalones que usan los turistas para curiosear, tomarse fotos, selfies, bromear a pesar de que en una de las paredes del inmueble se puede leer «¡PELIGRO!», y «DANGER».

En horas de la mañana el acceso a la estructura abandonada es fácil, caminando por la playa, pero en horas de la tarde, cuando la marea sube de nivel, la superficie del lugar se inunda de agua del mar, y se forman pozas o piscinas.
A pesar de ello, y del peligro que representa la estructura por las grandes grietas que tiene en su lado poniente, personas de diversos puntos de El Salvador llegan a curiosear, algunas mujeres hasta con niños en brazos.
«Suben hasta con niños de brazos y hasta se toman fotos. Vienen como a las 3:00 de la tarde y se van como a las 5:00 de la tarde, algunas vienen de San Salvador«, dijo Coralia Sotelo, que tiene 20 años de vivir en una propiedad cercana.
El «hombre negro»
Coralia dice que nunca ha ido a las ruinas del hotel. «Me da miedo ir ahí ni me acerco. Yo solo aquí me mantengo», agregó.
El lugar alcanzó la categoría de misterioso, ya que según Coralia, los jóvenes del lugar le han comentado que en la noche ven a un hombre negro, bien alto.
«Los muchachos que vienen en la noche a agarrar tortugas me dijeron que han visto a un hombre alto y negro«, contó. En su caso nunca ha visto nada, ya que como insiste, no es de su agrado acercarse a la casa abandonada, y peor ingresar a las ruinas.
Desde el bulevar de la Costa del Sol que lleva hasta La Puntilla no se ve la estructura abandonada. Para verla, hay que ingresar por unos senderos en los que caben dos vehículos pequeños, avanzando desde la calle hasta la playa.

Llegar al lugar y subir a la estructura tenebrosa en medio del mar ha sido un reto y una aventura para muchos por años, pero el lugar adquirió más atención reciente por los vídeos y las fotografías que circulan en redes sociales.
Malos recuerdos para «Tita»
El exhotel Puerto Ventura no es el único del que quedan vestigios en medio del mar. Unos metros a la izquierda, hay otra estructura de dos niveles, abandonada y que el mar también se «traga». Arriba hay algunos grafitis, creció el follaje, y pájaros se posan en las paredes humedecidas por el agua salada del mar.
Coralia Sotelo no es la única que tiene sus reservas sobre las ruinas en el mar. Berta Martínez lleva unas vacas y toros a la propiedad donde fue otra parte del hotel Puerto Ventura.

«Tita», como también sele conoce, tiene permiso para llevar sus animales a ese lugar, en el que crece zacate y que tiene varios árboles que dan sombra. Deje las reses en la mañana y las recoge por la tarde.
Pensar en el hotel le trae malos recuerdos de forma inevitable, ya que los dos niños, que eran sus sobrinos de «Tita», fallecieron en el sector (ahogado en una piscina y consumir caracoles venenosos que recogieron cerca del hotel).
Por eso es que Berta pide a las autoridades que la estructura sea derribada. «Pensamos que sería en vano, no creo que nos escuchen, pero fuera bueno que lo botaran, hay gente que se sube ahí y no eso no es bueno», explicó.
Berta es oriunda del lugar, y dice que el hotel le daba trabajo a los jóvenes del lugar, pero luego colapsó y lo cerraron.
Construyeron muy cerca del mar
Óscar Valencia, un pescador de la zona, coincidió con Berta y contó su versión de los niños que murieron en la zona.
Óscar Valencia coincide en que el lugar quedó en abandono hace 25 años. «Se entraron muy adentro en la playa, es lo que sucedió», dijo el pescador, en referencia a que los constructores abusaron mucho y colocaron las columnas del lugar muchos metros adentro.

«Antes no se pedía permiso para construir, y eso es lo que pasó, se entraron mucho», agregó.
Así, las múltiples historias alrededor de las ruinas de la «casa abandonada» han creado misterio en el lugar, abandonado en el tiempo y clavado en la arena de la playa La Puntilla.