El presidente de la Cámara de Corredores de Bienes Raíces de Guatemala (CCBRC), Pedro Ramírez Fait, indicó que el distanciamiento social, cierre de instituciones del Estado y empresas privadas, sumado al toque de queda en el país, ha dejado en un impasse a los negocios inmobiliarios.
«Esta situación irregular, ha provocado una caída generalizada de las ventas, lo que conlleva una recesión económica inminente y esto conlleva un nivel alto de desempleo», explicó en una entrevista a la revista Proptech.
El gobierno de Guatemala decretó varias medidas con el afán de contener más casos positivos de COVID-19 en el territorio guatemalteco, incluso decretó un toque de queda que prorrogó hasta el 12 de abril.
Muchas empresas guatemaltecas o establecidas en el país tratan de sobrellevar la situación, en medio de la pandemia global. Algunas mantienen operaciones bajo medidas salud de sus trabajadores o teletrabajo.
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«Tenemos ahora tiempo para aprender y convertirnos en mejores asesores inmobiliarios, para analizar nuestros procesos de venta y mejorarlos».
Al mismo tiempo, se encuentran con problemas de liquidez por lo cual se han visto forzadas a buscar préstamos para capital de trabajo, renegociar contratos con proveedores, reducir rentas, y en casos extremos, despidos.
Sin embargo, para Ramírez Fait, la industria está obligada a ser creativa e innovadora, buscar oportunidades que permitan aprovechar la tecnología para resolver de forma rápida las necesidades de los clientes.

«Sabemos que esta crisis es pasajera, aunque no estamos seguros cuánto tiempo puede durar», indicó al señalar que han consultado a economistas, quienes prevén que salir de la crisis llevará unos cuatro meses y recuperar el nivel de crecimiento requerirá seis meses más.
Inversiones inmobiliarias y vivienda
Ramirez Fati indicó que ante las crisis del COVID-19 (coronavirus) las empresas están siendo reservadas con sus gastos, por lo cual ahorran para las necesidades inmediatas y postergan las inversiones inmobiliarias.
Para el caso de la vivienda, sucede algo similar, las personas no están con el ánimo de comprar un bien inmueble. «Tienen temor al futuro, no saben cómo van a estar sus ingresos y por lógica cumplir con sus obligaciones», explicó.
«No se prevé una venta acelerada de bienes inmuebles bajo esta circunstancia (crisis por el coronavirus)».
El presidente de la CCBRG comparte la opinión de que «el COVID-19 vino para a quedarse», pero es momento de un cambio mental y se abren oportunidades que la industria del Real Estate debe aprovechar.
«Las oportunidades crecen y así como el mundo cambia, también la forma de persuadir en la promoción y venta de los bienes raíces debe cambiar», dijo.
Recorrido virtual
La llegada de la pandemia ha llevado a muchos expertos del sector a concluir que la industria tiene las herramientas para salir avante, en medio de las medidas de mitigación. Así lo explicó Ramírez Fait:
«Ya no es importante una sala de sesiones en una oficina. Ahora nos podemos reunir de forma virtual con el cliente, el corredor de bienes raíces y el desarrollador. Cada quien en su casa. Podemos mostrar el proyecto a través de un recorrido virtual y resolver las dudas de forma inmediata».
* Con información de: revistaproptech.com