El incremento de la conciencia medioambiental, a raíz de la pandemia, llevó a las empresas a reconvertir sus lugares de trabajo, haciendo de sus espacios de oficina un lugar mucho más eficientes y saludables.
Este tipo de oficinas en auge se preocupan por el confort térmico, acústico y ambiental de sus espacios, invierten en equipos ecoeficientes o utilizan materiales respetuosos con el medioambiente.
El regreso a las oficinas tras un año y medio de pandemia supone para muchas empresas la reinvención de sus espacios de trabajo con el objetivo de adaptarse a las nuevas necesidades de sus plantillas.
Lo anterior, significa, entorno un espacio de oficina flexible, que tengan en cuenta su bienestar y, sobre todo, que prioricen la eficiencia energética y el cuidado del medioambiente.
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Los expertos de Sto, multinacional alemana especializada en la elaboración de elementos y soluciones constructivas para la edificación y la rehabilitación sostenible, exponen algunas de las principales características de estos nuevos espacios de trabajo:
1. Confort térmico y reducción energética
La oficina sostenible debe priorizar el ahorro energético, evitando la pérdida o ganancia de temperatura en área de trabajo. Más allá de una cuestión de eficiencia, el confort térmico es uno de los factores que más influye en el bienestar del trabajador y en su productividad, lo que obliga a incluir todos los elementos necesarios que lo favorezcan.
2. Calidad del aire interior
Polen, polvo, disolventes, plastificantes, ácaros, olores, humo o contaminantes son solo algunas de las sustancias que impregnan el aire interior de cualquier oficina. Algunas soluciones para lidiar con este problema es utilizar sistemas de filtración y purificación.
Asimismo, existen pinturas y revocos de silicato que, más allá de su finalidad estética, son capaces proporcionar un ambiente óptimo a través de la protección fiable contra humedades y sustancias nocivas.
3. Contaminación acústica de la oficina
Un entorno ruidoso entorpece la concentración de la plantilla, pudiendo producir, incluso, problemas de estrés, dolores de cabeza y fatiga. Por ello, además de invertir en soluciones de aislamiento acústico, es fundamental apostar también sistemas de acondicionamiento acústico.
4. Invertir en quipos ecoeficientes
Es posible lograr una oficina que contribuya a la sostenibilidad con tecnologías innovadoras que van un paso más allá de la simple digitalización. Lo más recomendable en este sentido será realizar una transición a equipos eficientes y, si es posible, multifunción.
5. Materiales respetuosos con el medioambiente
Tanto los materiales con los que se construyó el edificio, como el mobiliario de la propia oficina deben caracterizarse por una producción o fabricación sostenible, y por su capacidad de reutilización o reciclaje.
6. Reciclan, reutilizan y reducen
En este caso, el objetivo debe dirigirse a tratar de minimizar el consumo de productos que, al final de su vida útil, se convierten directamente en desperdicios.
Este tipo de espacio buscan no generar desechos innecesarios y aprovechar los recursos al máximo. Asimismo, promover en el entorno de trabajo la importancia de seleccionar y separar los desechos generados.
7. Luz natural, bajo consumo o luces LED
La iluminación supone el 30% del consumo energético total de las oficinas. Para reducir esta demanda es necesario aprovechar al máximo la luz natural y utilizar luces LED o de bajo consumo.
8. Plantas y vegetación
Otra forma de transformar la oficina en un espacio limpio, sostenible y ecológico es instalar plantas. Sus ventajas son múltiples: ambiente más limpio, que mejoran la productividad y la motivación.
9. Energías renovables
El uso de energías renovables ayudará a disminuir los gastos derivados del consumo energético y supondrá un paso más a favor de la preservación del medioambiente y la salud de los trabajadores.
Hay muchas opciones, como utilizar biomasa para la calefacción u optar por la energía solar para la generación eléctrica o para la producción de agua caliente.
10. Sistemas inteligentes
Por último, también se recomienda la instalación de sistemas que hagan un seguimiento y control del consumo eléctrico, temperatura, humedad, etc., y que, a través de temporizadores y sensores de movimiento, permitan controlar la demanda energética y evitar gastos excesivos.