Un equipo de investigadores de la Universidad de Colorado creó un tipo de concreto que proviene de criaturas vivientes que puede reproducirse y generan una huella de carbono más baja y edificios más sostenibles.
Los minerales en el nuevo material son depositados no por la química sino por las cianobacterias, una clase común de microbios que capturan energía a través de la fotosíntesis.
“Ya usamos materiales biológicos en nuestros edificios, como la madera, pero esos materiales ya no están vivos», indicó Wil Srubar, profesor asistente del Departamento de Ingeniería Civil, Ambiental y Arquitectónica en la Universidad de Colorado Boulder.
El nuevo material no construirá casas que se unan a corto plazo. Pronto podría conducir a componentes de construcción que puedan curarse por sí mismos cuando se dañan.
Este nuevo concreto es la última incorporación en el campo de materiales vivos diseñados, en el que los organismos, por lo general bacterias, se agregan a los materiales sin vida para permitirles sentir, comunicarse e incluso responder a sus entornos.
«Nos preguntábamos por qué no podemos mantenerlos vivos y hacer que la biología haga algo beneficioso también”
Wil Srubar, Ingeniero y profesor de la Universidad de Colorado Boulder.
¿Cómo hacen materiales «vivos»?
Para construir el concreto vivo, los investigadores primero intentaron poner cianobacterias en una mezcla de agua tibia, arena y nutrientes.
Los microbios absorbieron la luz y comenzaron a producir carbonato de calcio, cementando gradualmente las partículas de arena.
Cuando se secó, el material era tan fuerte como el mortero a base de cemento. El material vivo no solo sobrevivió sino que se reprodujo.
«Este aprovechamiento de un proceso natural para crear materiales de construcción es «interesante» y las aplicaciones potenciales son fascinantes»
Sarah Glaven, microbióloga y experta del Laboratorio de Investigación Naval de EE. UU.
Después de que los investigadores dividieron el ladrillo original por la mitad y agregaron arena, hidrogel y nutrientes adicionales, las cianobacterias se convirtieron en dos ladrillos de tamaño completo.
Otros investigadores han trabajado para incorporar la biología en el concreto, en especial el que se puede curar con sus propias grietas.
Una de las principales ventajas del nuevo material, dicen sus creadores, es que en lugar de agregar bacterias al concreto regular, su proceso está orientado a las bacterias: alistarlas para construir el concreto y mantenerlas vivas.
El equipo de investigación trabaja para hacer que el material sea más práctico al fortalecer el concreto; aumentar la resistencia de las bacterias a la deshidratación y hacer que los materiales puedan empaquetarse.
*Información de New York Times y CU Bolder.