Con la pandemia, muchas empresas mantienen un modelo híbrido que combina la presencia en la oficina con el trabajo desde casa.
Sin embargo, en la casa no cualquier sitio es válido para tener tu oficina, puede incluso que por espacio no puedas tener lugar definido, sino que tengas que improvisar con una pequeña mesa y poco más.
Pero lo que debes valorar a la hora de elegir el espacio es que tenga luz natural y que puedas disponer de algo de almacenaje.
Normalmente los que trabajan en casa suelen utilizar el salón o parte de su dormitorio para instalar su zona de trabajo, cuando no tienen una habitación vacía que pueda ser utilizada para este fin.
Aquí te presentamos tres sitios para que elijas el más adecuado para tus necesidades:
Zona de paso o pasillo
A veces se rechazan determinados espacios, como una zona de paso, porque no parecen adecuados y, sin embargo, pueden serlo.
Si en tu casa hay una zona de paso luminosa en la que no hay nada es momento de pensar en alguna posibilidad para instalar allí tu mini oficina.
Si es estrecha puedes instalar una mesa abatible, de las que van enganchadas a la pared. Si además hay espacio para una pequeña estantería o zona del almacenaje, mejor que mejor.

Otra opción es la sala
Puedes utilizar una pared donde puedas aprovechar luz indirecta de tu ventana o balcón, es importante evitar los reflejos en la pantalla que resultan muy molestos y te impedirán trabajar.
Dependiendo de ese espacio y, al igual que en la solución anterior, puedes poner o bien una mesa abatible o una mesa de escritorio y su parte inferior puedes aprovecharla para poner cajoneras que te solucionarán el almacenaje.
No te olvides de añadir lámparas orientables en la pared que darán luz puntual a tu mesa. Esa parte destinada al trabajo puede separarse visualmente del resto del salón con un color diferente en la pared, por ejemplo.
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El dormitorio
En este espacio los consejos son similares: aprovechar al máximo un espacio que tenga luz natural y que no entorpezca el uso habitual de la habitación.
Si la habitación es amplia lo tendrás más fácil. Si es pequeña, no olvides la importancia de la luz natural y coloca tu espacio de trabajo cerca.

Si no es posible y la habitación es alargada, valora poner tu escritorio a los pies de la cama, por ejemplo. En esquinazos también es posible, con escritorios que aprovechen esa esquina.
Otra opción es quitar una de las mesitas y colocar allí una pequeña mesa y tu silla.
Incluso hay armarios muy prácticos que esconden mesa y estantería y que cuando se cierran disimulan completamente el lugar de trabajo.