Hace tiempo que el modelo de economía lineal (fabricar, usar, consumir, tirar) empezó a caer en desuso por su evidente falta de sostenibilidad. Si la economía lineal evoluciona hacia una circular, en el sector construcción empieza a pasar lo mismo.
Hay quien defiende que, a la hora de construir edificios, se prioricen materiales reciclados, reciclables, sin componentes tóxicos y acordes con los criterios de la economía circular.
Un grupo español (Construcía) apostó por aplicar la economía circular a la construcción utilizando materiales que pueden reutilizarse una vez cumplen su función en una edificación. Un ejemplo de ello es el Bio Edificio Gonsi Sócrates.

Se trata de una construcción de más de 6 mil m2 en Barcelona con estancias polivalentes (comercio, restauración, industria ligera y oficinas) y una estructura modular que hace que los espacios se puedan redistribuir o incluso desmontar para adaptarlos a nuevos usos.
Materiales circulares
El 99% de los materiales que integran el edificio se ha caracterizado. Se revisaron sus componentes e inventariado 50 tipos de materiales.
El 89% de dichos materiales (8.400 toneladas) no se convertirá en residuos cuando finalice su uso, sino que tiene definida una ciclovía. Así pues, cuando finalice la vida útil del edificio podrán ser reutilizados, reparados o reciclados por la vía que en ese momento sea más conveniente y permita conservar mayor valor para el siguiente uso.

Sin toxicidad y sostenibles
El 99% de los productos empleados en la construcción se revisó bajo los criterios de base de la metodología Cradle to Cradle Certified. Muchos de ellos son productos ya certificados y otros se han evaluado durante el proceso.
El edificio incorpora estrategias sostenibles en todos los ámbitos. Por ejemplo, en términos de energía renovable cuenta con una instalación de paneles fotovoltaicos en el terrado. También cuenta con placas alveolares, que mejoran el aislamiento térmico y acústico.

Asimismo, las cubiertas vegetales (que permiten recoger el agua de la lluvia), el diseño que permite la salida al exterior desde casi cualquier lugar gracias a las múltiples terrazas ajardinadas, entre otros.
Trazabilidad y a prueba del futuro
Todos los componentes del edificio están identificados en una plataforma digital que permite su trazabilidad en el tiempo. También protege a sus propietarios, ocupantes y gestores contra cambios en las regulaciones, como un anteproyecto de ley que pretende que las infraestructuras tengan materiales menos tóxicos que los empleados en las construcciones más tradicionales.

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