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Guatemala: Estudio revela los posibles daños de un “fuerte sismo” con escenarios para el día y la noche

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Una evaluación sobre riesgo sísmico en el área metropolitana de la Ciudad de Guatemala busca que el país prepare políticas y planes para reducir los impactos sociales y económicos.

A las 17:02 horas del miércoles 17 de mayo de 2023  —hace una semana— un sismo sacudió varias regiones del territorio guatemalteco. Luego de algunas actualizaciones, las autoridades confirmaron que tuvo una magnitud de 6.1 grados, con epicentro en el departamento de Quiché y a 255 kilómetros de profundidad.

Muchos guatemaltecos se alarmaron, sobre todo, quienes todavía se encontraban en edificios de varios niveles porque percibieron un movimiento “más fuerte”, en comparación con los habituales movimientos telúricos que se registran en el país.

Como es usual, en estos casos surge la recurrente duda sobre si Guatemala está preparada para un “fuerte sismo”, lo que comúnmente se conoce como “terremoto”. El temor de no estarlo, a nivel personal y de país, o de encontrarse en un sitio donde el impacto sea de mayor impacto, pone nerviosos a muchos.

El evento de hace una semana fue un movimiento que liberó bastante energía. Si bien no dejó mayores daños materiales, evidenció la necesidad de evaluar los planes o actividades de capacitación para reducir los impactos sociales y económicos ante futuros terremotos en la Ciudad de Guatemala.

La gran pregunta

Pero, ¿cómo se prepara el país para reducir el impacto de un futuro terremoto? La respuesta no es fácil cuando Guatemala se caracteriza por ser un país sísmico, ubicado en un territorio donde convergen tres placas tectónicas. Y, además, donde la planificación o planes de respuestas a desastres son débiles.

Esto lo hace vulnerable y es una razón fuerte para que el país y su población estén preparados ante un eventual gran sismo para prevenir muertes y atender la emergencia de forma oportuna.

Cabe destacar que hace casi cinco décadas ocurrió el terremoto más grande de la historia reciente. Para ser precisos, ocurrió el 4 de febrero de 1976.

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Fotografía de archivo de los estragos que ocasionó el terremoto de 1976 en Guatemala. Foto: pastdaily.com

Dicho evento sucedió al noreste de la ciudad de Guatemala, alrededor de la zona de falla del Motagua y fue de 7,5 grados, con una estimación de daño entre 45 % a 70 %.

Sin embargo, en 2012 ocurrió uno de 7,4 grados, con un daño del 10 %. Su impacto fue menor porque su epicentro fue mar adentro en un área cercana a Champerico, Retalhuleu, en la región suroeste del país. Además, sucedió en un área con poca densidad poblacional.  

Un riesgo latente

En Guatemala se ubican tres placas tectónicas: La placa del Caribe, cerca de la zona limítrofe con la placa de Norteamérica, y la del Coco, en la costa del Pacífico, subduce bajo estas dos.

Además de estas, existen varias fallas sísmicas de gran tamaño, como la falla de Motagua-San Agustín y la falla Chixoy-Polochic —relacionadas con la zona limítrofe entre las placas de Caribe y Norteamérica—, y numerosas fallas sísmicas secundarias más pequeñas.

Esta condición de placas tectónicas y fallas han causado terremotos dañinos en el país, resalta un informe reciente. Pero, a pesar del riesgo, existe poca preparación ante un eventual sismo.

Una evaluación probabilística de riesgo

La empresa internacional Miyamoto, con apoyo de USAID y otras organizaciones, desarrolló la evaluación probabilística de riesgo sísmico en el área metropolitana de la Ciudad de Guatemala, que incluye áreas de la capital y de Mixco, como parte del programa de reducción de riesgo sísmico (PREPARE Guatemala).

La investigación se desarrolló en tres informes. En el primer estudio denominado “Evaluación Probabilística de Riesgo Sísmico en el Área Metropolitana de la Ciudad de Guatemala”, se plantearon dos escenarios. 

Raúl Salguero, gerente nacional de programa de Miyamoto Internacional —empresa de ingeniería estructural y reducción del riesgo de desastres—, resalta que el objetivo de la investigación no es asustar ni tener información que diga qué es lo que va a pasar.

El propósito es que con estos probables escenarios las autoridades y las mismas organizaciones guatemaltecas se preparen.

Por ello, el modelo del estudio se enfocó en realizar la proyección de cómo se comportarían los sistemas estructurales de viviendas, centros comerciales, oficinas, centros educativos, hospitales y centros de salud de un área específica, si llegase a ocurrir un sismo de gran magnitud.

Entre los objetivos de la evaluación está estimar probabilísticamente los riesgos de daño físico de edificaciones, víctimas mortales y heridos en escenarios diurnos y nocturnos.

Así como, la cantidad de personas desplazadas a lo interno y el volumen de escombros que resultaría por el sismo de diseño en la Ciudad de Guatemala

¿Cuáles son los resultados de esta investigación?

El propósito del estudio es que los hallazgos puedan usarse para preparar políticas, planes o actividades de capacitación para reducir los impactos sociales y económicos provocados por futuros terremotos.

El área de estudio cubrió aproximadamente 20 km² que abarca la Ciudad de Guatemala y regiones del municipio de Mixco.

Salguero explica que analizaron una zona mixta, ya que como empresa les interesaba tener una muestra representativa de la ciudad, para ello se tomó en cuenta un escenario de día y otro de noche, pues su impacto es diferente.

Para realizar este estudio se seleccionaron las áreas comerciales como los alrededor del Trébol, Avenida Bolívar, Calzada Raúl Aguilar Batres, parte del bulevar Liberación y de la calzada Roosevelt.

Creo que tenemos alrededor del 50 % de zona comercial. Eso quiere decir que si ocurre en la noche, estos lugares estarían deshabitados y el escenario implica que habría menos personas damnificadas”, puntualiza.

El tipo de daño que se estimó es específicamente en las estructuras, y luego se puede correlacionar con el censo del lugar para saber cuántas personas serían desplazadas porque sus viviendas no son habitables o cuántas personas fallecieron.

“Incluso el modelo nos permite hacer una proyección sobre cuál sería el volumen de escombros que se generarían, eso es algo que Guatemala aún no ha enfrentado”, añade Salguero.

Recopilación de datos

Para recopilar información sobre los edificios se utilizaron los datos del Censo 2018, imágenes satelitales, datos de los polígonos e imágenes de Street View de Google Maps. Estos se clasificaron en diferentes grupos, según el tipo de construcción.

Salguero explica que el informe del modelo probabilístico de riesgo sísmico tomó como referencia la norma de la Asociación Guatemalteca de Ingeniería Estructural y Sísmica (AGIES) con un periodo de retorno de 500 años, “que se conoce como sismo de diseño en la Ciudad de Guatemala o para Guatemala”.

Con este modelado se obtuvo la proyección de cómo se comportarían los sistemas estructurales

¿Qué demostró el análisis?

— La cantidad de edificaciones que se espera marcar con etiqueta amarilla (daño moderado a extenso) o etiqueta roja (daño total o colapso) se estimó en 30.300 estructuras o casi el 67 % del total de las edificaciones analizadas.

— El área anticipada de edificaciones afectadas es de cerca de 6.5 millones de metros cuadrados, casi el 49 % del área total construida de edificaciones en el área de estudio.

— Según la hora en que ocurra el evento, se prevén entre 1.800 y 2.400 víctimas mortales y entre 14.200 y 19.000 heridos. 

— La cantidad estimada de personas desplazadas inmediatamente después del evento es de 115.000 (el 64 % de la población).

— El volumen previsto es de 3,7 millones de metros cúbicos de escombros generados.

Recomendaciones

Los hallazgos destacan la necesidad de desarrollar un programa de mitigación de riesgo y preparación. Además, se recomienda algunas estrategias:

— Priorización para las edificaciones clave identificadas por tener el mayor riesgo sísmico debido a su vulnerabilidad estructural o por la densidad de los ocupantes.

— Establecer un programa de evaluación de daños después del sismo.

— Optimizar la asignación de recursos para emergencias.

— Desarrollar un programa de comunicación y divulgación pública sobre riesgo sísmico.

Los escombros, ¿qué hacer?

El análisis realizado por Miyamoto demostró que el área de daño con gran sismo sería de casi el 49 % del área total de edificaciones, y puede dejar como resultado casi 3.7 millones de metros cúbicos de escombros en toda el área de estudio.

El hallazgo que sorprendió a muchas personas y organizaciones guatemaltecas, según Salguero, es la cantidad de escombros, ya que eso implica que hay que disponer de esos residuos en algún lugar.

Recuerda que del terremoto de 1976 no se tienen medidas precisas, pero seguramente hubo más cantidad de escombros, sin embargo, en ese entonces eran de ladrillo de adobe y teja, materiales que se degradan rápido. 

Pero, en la actualidad, se construye con concreto y acero. El experto se pregunta ¿cómo vamos a hacer con los escombros? 

“Ese es un escenario donde instamos a las organizaciones locales tanto del sector público como privado a planificar, no solo en la respuesta tan importante, la atención primaria a los damnificados, sino también en el proceso de recuperación y reconstrucción”, menciona.

¿Es factible extrapolar estos datos a otras áreas del país?

Según Salguero, es algo que se espera, no es lo ideal, porque lo mejor sería realizar el modelo para evaluar la vulnerabilidad de la estructura en todas las zonas urbanas de Guatemala.

En el estudio se trabajó con las tipologías estructurales de Guatemala y se trató de que fuera lo más representativo posible de todo en la ciudad.

Salguero indica que sí se podría hacer una extrapolación, aunque se tengan más incerteza que si se hiciera el modelo.

Sin embargo, no esperan que los resultados sean tomados como datos precisos, sino más bien tener un escenario y en función de este poder planificar medidas de mejora.

“Esperaríamos tener un muestreo, para que esto se pueda extrapolar a otros lugares y por lo menos, quizá no en términos de números, en términos de acciones que se pueden hacer para mejorar las ‘condiciones’ de riesgo”, indica.

A la pregunta ¿cómo deben las autoridades abordar estos escenarios? Salguero aclara que cuando se habla de autoridades, no es solo el gobierno, sino todos los involucrados en el sector construcción.

Esto involucra a constructoras, los gremios del colegio de ingenieros, AGIES, Cámara Guatemalteca de la Construcción y organizaciones especializadas del gobierno. Resalta que deben trabajar en conjunto en la formulación de estrategias y planes. 

Aquí puedes leer el informe completo “Evaluación de Riesgo Sísmico de la Ciudad de Guatemala”:

Diseño de imagen de portada y animaciones: Gabriel López Morales/RI

Esta es la primera publicación de una serie de artículos relacionados con los estudios realizados por Miyamoto, con el apoyo de otras organizaciones.