Placemaking, recorrer los espacios de la “A” a la “Z” con abundantes experiencias

La arquitecta mexicana compartió en su ponencia el Plan Maestro que trabajó Arcadis para la ciudad de San Pedro Sula, Honduras.
Ana Francisca de la Mora placemaking
Ana Francisca de la Mora durante su intervención en la última ponencia de la Bienal 2023. Foto: F. Rosales / RI

Ana Francisca de la Mora, arquitecta mexicana que radica en Toronto, Canadá, profundizó sobre el concepto de placemaking, en donde se ofrecen abundantes experiencias en los espacios, al tiempo que se puede generar una transformación social y económica.

Contexto. De la Mora, directora de Arcadis, hizo la ponencia con la que la Bienal de Arquitectura Guatemala 2023 despidió su jornada de ponencia con invitados internacionales, misma que inició el pasado 15 de noviembre.

  • “Sobre placemaking, al cual traduje como ‘hallando lugar’, de alguna manera es el común denominador de todas las pláticas que se han presentado a lo largo de esta maravillosa Bienal”, dijo en sus palabras de inicio.
  • “Todos los que construimos la ciudad a través de muros o derribando muros, un poco de la misma inspiración de esta Bienal, de quitar esos muros”.
  • “Y más que queriendo definir el placemaking, vengo aquí a ampliar esa definición, a dejar más preguntas y sobre todo destacar la transformación económica y social, ese poder transformativo de este concepto”.

 

En perspectiva. De la Mora, quien nació, creció y estudió arquitectura en la Ciudad de México, también bailó profesionalmente danza contemporánea. Ese acercamiento a la disciplina artística le permite encontrar una suspensión con la arquitectura.

  • “La danza me enseñó principalmente a construir con mi propio cuerpo y en la arquitectura lo identifico como esa segunda piel, ese segundo espacio interactivo con las mismas intenciones y sobre todo de entender la arquitectura a partir del usuario”.
  • “Y cuanto más está esa intención por parte de urbanistas, desarrolladores, arquitectos, artistas, poder transmitir ese lugar que tenemos dentro y poderlo expresar y compartir con más gente”.

 

Hallarse

Hallarse. Los espacios en las ciudades se componen de varios elementos, como los edificios, los árboles, una persona. Al final, se añaden capas y capas de toda esa experiencia de “estar vivo”. Incluso en una calle, hay una cantidad de información que nos va llegando a partir del edificio, de los colores, de oír a otra gente hablar.

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  • “Y habla de esta intención de hallarse. Existe en español y me encanta esa palabra. No existe en el inglés. Es hablarse de esa intención de sentirse ubicado, no en un espacio flotando negro, siempre hay aristas y ejes que nos están ubicando”.
  • “Esta parte de sentirse encontrado, situado, acogido. Es una palabra muy completa y habla de este sentido de sentirse ubicado en un lugar, sentirse conectado, visto”.
  • “Queremos, con el placemaking, hacer algo rico en experiencias. No es nada más de la ‘A’ a la ‘B’, sino un concepto de la ‘A’ a la ‘Z’. Y podemos distraernos como diseñadores, añadiendo objetos y tratando de llenar esos espacios para transformar en lugares”.

 

Sí, pero. Pues muchas veces, los espacios tienen elementos, que no permiten lograr un placemaking.

  • “Muchas, de alguna manera obvia, todos estos elementos que no contribuyen al placemaking. Descuido, cuando no está limpio, no hay gente, no está esa participación, no es accesible, no me siento recibido. No hay vegetación. El ruido. No me dan un lugar para sentarme”.
  • “Como resumen, el placemaking es esa capacidad de transformar un espacio de la caja negra en un lugar que promueve bienestar, nos logra conectar con otros, sentirnos parte de algo más grande y está en constante evolución”.

 

Impacto social y económico

Plan Maestro. La arquitecta mexicana compartió en su ponencia el Plan Maestro que trabajó Arcadis para la ciudad de San Pedro Sula, una ciudad en Honduras con cerca de 800.000 habitantes y que genera más de la mitad del PIB del país.

  • “En el proceso, lo que más destacó es sentirse seguro en los espacios públicos, más infraestructura de servicio, movilidad, como lo estaba diciendo, y sostenible, empleo y economía, actividad, movilidad, y sentirnos seguros, parte de ese sentirse conectado, hallado”.
  • “Un poco resumiendo, a partir de esta transformación económica, se impulsaron negocios locales. Hemos visto activación de lugares no activos antes, aumentos de valor a la propiedad, turismo, creación de empleo, ingresos fiscales, reducción de costos”, aseguró.

 

Reflexión final. Como parte de una reflexión final, Ana Francisca de la Mora, retomó ese pensamiento de la caja negra (del teatro), que puede ser habitada por una persona, ya sea en el pasado, presente o el futuro.

  • “También, los lugares en donde nos dan posibilidades de movilidad, de conectarnos a otros lugares. Conectarnos a lugares que nos pueden reinventar y darnos, hacernos, ver otras maneras de nosotros, poder escapar, volver, tener esas opciones”.
  • “También sentir que podemos estar en lugares naturales sin tener que trasladarnos, tener ese contacto con lo verde y no solamente, únicamente el árbol, sino su actividad, los pájaros y distintas cosas que genera, es el mecerse, el ruido, el viento”.
  • “Como reflexión final, pues dejo este pensamiento de cómo podemos transformar en Guatemala estos espacios en lugares. Esta intención de seguirnos conectando, de seguir entendiendo la ciudad a partir de esas experiencias tanto individuales como compartidas, más allá de los objetos, si no de la habilidad de poder proveer esos lugares de conexión”, concluyó.

 

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