El 29,6 % de los gases de efecto invernadero de España provienen del sistema de transportes. Se trata de una problemática que para 2050 tendría que estar solucionada y para ello se necesitará una movilidad sostenible.
A pesar de la paralización de la nueva ley de movilidad sostenible [adelanto de las elecciones generales a julio], el presupuesto del MITMA para este año es de 21.273 millones de euros.
Según el Gobierno, se trata de la cifra “más ambiciosa” en 13 años y supone un incremento del 9 % respecto al 2022, gracias, en gran parte, a que casi el 25 % proceden de los fondos europeos Next Generation.

Más transporte público y menos trayectos
La movilidad sostenible en el futuro pasa por reducir los trayectos con medidas como aumentar el teletrabajo, reducir las distancias entre la casa y el trabajo y mejorar los servicios de transporte público.
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En la actualidad, y según datos de Greenpeace, el auto ocupa el 70 % del espacio público de las calles de España.
Al añadir dos días más a la semana trabajando desde casa y reduciendo los trayectos derivados, se ahorrarían 790 toneladas de CO₂ en Madrid y 1.153 en Barcelona.
Eso equivale a un 5-6 % de las emisiones producidas por la movilidad de personas en dichas ciudades.
Parte de esos traslados se podría realizar en tren. En España, en torno al 60 % de las plazas ferroviarias son de media distancia y cercanías.
Casi la mitad de la flota de Renfe son trenes de tracción eléctrica, convirtiendo a este método de transporte junto a la alta velocidad en el más respetuoso con el medioambiente.
Además, el 100 % de la electricidad consumida por sus vehículos es de origen renovable, según la propia compañía.
Para la portavoz de Greenpeace, Cristina Arjona, no es tanto una cuestión de infraestructuras, sino de servicios.
“En infraestructuras es suficiente, España es uno de los países con más vías de tren de Europa. Lo que hay que hacer es aumentar los servicios para que haya mayores frecuencias y horarios”.
Se suman a la movilidad sostenible
Las empresas españolas se muestran cada vez más concienciadas con el medioambiente, incluyendo medidas sostenibles en sus negocios.
Por ejemplo, la cadena de supermercados asturiana Alimerka, incluyó en su flota en 2021 el primer camión eléctrico de gran tonelaje de España. También apostó en 2012 por furgonetas eléctricas.
En la actualidad, cuentan con camiones eléctricos de 26 toneladas y otras 26 furgonetas eléctricas para sus repartos.
Otras, como la empresa de instalación de puntos de carga eléctricos Etecnic, se dedican directamente a facilitar este tipo de movilidad con iniciativas públicas.
La empresa de alquileres de patinetes y bicicletas Lime ofrece una alternativa sostenible en los desplazamientos.
Con este tipo de vehículos pueden llegar a ser hasta un 25 % más sostenible que el metro o incluso un 70 % más que un autobús, según un estudio de la compañía española.