El Gobierno japonés intentará animar a las familias para que se muden con un pago de hasta 1 millón de yenes (unos US$7.600) por hijo si cambian la superpoblada Tokio por municipios fuera de la ciudad y regiones circundantes.
La cifra es más del triple de los 300.000 yenes (US$2.296) que ofrece el plan vigente desde 2019.
El aumento del pago por hijo es solo parte del compromiso del gobierno para alentar a las familias jóvenes a abandonar Tokio.
A las familias que se trasladan ya se les ofrecen hasta 3 millones de yenes (US$22.930) en ayudas económicas únicas y pueden recibir incluso más si crean un negocio.
Condiciones para las familias
Los que acepten el dinero deberán vivir en la provincia durante un mínimo de cinco años o devolver el dinero al Estado.
La disminución y el envejecimiento de la población japonesa y la emigración de los jóvenes a la capital afecta desproporcionadamente a las regiones situadas más allá de Tokio, Osaka y otras grandes ciudades del país.
Muchos pueblos y aldeas rurales quedaron vacíos y sus negocios carecen de clientes y personal disponible.
Se calcula que el exceso de casas vacías en Japón —viviendas que a menudo permanecen deliberadamente sin ser reclamadas por los herederos— alcanzará unos 10 millones en 2023.
Tokio sobrepoblada
Al mismo tiempo, creció el estatus de Tokio como principal imán para la actividad económica y la migración.
En 2021, a pesar de la ralentización causada por la pandemia y la supuesta nueva popularidad del trabajo a distancia, el precio medio de un nuevo piso en Tokio, según el Instituto Económico Inmobiliario, superó el máximo establecido en el apogeo de la burbuja inmobiliaria japonesa en 1989.
Alrededor de 1.300 municipios japoneses ya se inscribieron para acoger a los tokiota emigrantes.
Según fuentes gubernamentales, algo menos de 2.400 personas se beneficiaron del pago de reubicación en el año fiscal 2021, una cifra que equivale aproximadamente al 0,006 % de los 38 millones de habitantes del área metropolitana de Tokio.
Los municipios que buscan atraer habitantes
Las webs de los ayuntamientos de los municipios que intentan atraer a los recién llegados combinan argumentos de venta de sus encantos rurales con una honestidad reveladora sobre su situación.
El pueblo de Umaji, en la prefectura de Kochi (820 habitantes), ofrece una guardería gratuita «y, por supuesto, no hay niños en lista de espera».
El cercano pueblo de Tano ofrece el atractivo de una rara fábrica de sal secada al sol, pero señala que el 42 % de la población local tiene más de 65 años.
Los municipios rurales cuentan además con la ayuda de la cadena estatal japonesa NHK, que promueve intensamente la idea de trasladarse al campo en un programa regular que sigue la vida de los que han dado el salto.
La iniciativa del gobierno de animar a la gente a reubicarse se produce en un momento de preocupación por la tasa de natalidad japonesa, por debajo del nivel de reemplazo, una realidad demográfica desde hace varias décadas y que se resiste obstinadamente a una sucesión de esfuerzos para fomentar la creación de familias más numerosas.
El número de bebés de Japón también se está reduciendo más rápidamente de lo previsto. En 2021, el número de nacimientos en Japón se redujo a poco más de 811.000.
Las previsiones basadas en los nueve primeros meses de 2022 sugieren que la cifra habrá caído por debajo de los 800.000 nacimientos por primera vez desde que se empezaron a llevar registros a finales del siglo XIX.