Miles de inquilinos en Nueva York no pueden hacer frente al pago de sus rentas del alquiler por la pérdida de sus empleos provocados por la crisis del Covid-19, y pese a las ayudas del Gobierno.
En uno de los mayores mercados de arrendamiento de viviendas del planeta, muchos propietarios llevan desde marzo sin cobrar nada, mientras sigue prohibido el desalojo de inquilinos que se enfrentan a dificultades financieras mientras se mantenga el confinamiento.
El mercado de la vivienda en Nueva York siempre ha sido diferente al resto de EE. UU., y vive su mundo paralelo en cuanto a precios, oferta y demanda. Aunque con la crisis del corovanirus, todas las ventajas con las que contaba se le están volviendo su contra.
Dos tercios de los ciudadanos de la mayor ciudad de EE. UU. viven de alquiler, lo que lo convierte en el mayor mercado de arrendamiento de viviendas del país, y uno de los más grandes del planeta.
Pagos de alquiler atrasados
Las medidas de distanciamiento social y confinamiento en los hogares para evitar la propagación del coronavirus han provocado el cierre de cientos de empresas, que no les ha quedado otra medida que despedir a sus trabajadores, a menos que se adaptaran al teletrabajo.
Este aumento de la tasa desempleo ha provocado que una cuarta parte de los inquilinos de la ciudad no haya pagado su renta desde marzo, según la asociación Community Housing Improvement Program (CHIP), grupo que representa a propietarios de edificios.
Los alquileres en Nueva York son casi el doble de la media nacional, y los hogares tienen que dedicar al menos un tercio de sus ingresos al pago de la retan.
Es el caso, por ejemplo, de Jessica Lee y su esposo, que pagaban US$4 mil por un apartamento de cuatro habitaciones en Brooklyn, y que compartían con otros cuatro compañeros.
Jessica es la única que mantiene su empleo gracias a que trabaja en una empresa que fabrica desinfectante para manos. El resto, trabajadores en restauración, han perdido su empleo. El propietario les reclama US$20 mil de rentas atrasadas.
Pero para los propietarios tampoco está siendo fácil la situación. Con sus propias facturas por pagar, se están quedando sin ahorros, mientras la ciudad sigue aumentando la deuda por los impagos de los impuestos a las propiedades inmobiliarias.
El Estado de Nueva York estableció la prohibición de desalojar a los inquilinos que se enfrenten dificultades financieras, mientras sigan vigentes las medidas de confinamiento.
Más problemas a la ecuación
Pero contar con un inquilino moroso no es el único problema de los propietarios. Encontrar un inquilino solvente en estos momentos es cada vez más difícil. “El problema no es solo los inquilinos que no pagan. Es más difícil encontrar reemplazos para los que se van” destaca, Dondre Roberts, un agente inmobiliario de Nestseekers International.
“Tenemos un 17% de pisos vacantes cerca de Universidad de Nueva York. Muchos estudiantes esperan la evolución de la pandemia en casas de sus padres antes de regresar a la vida universitaria», comenta.
Un estudio que cuesta US$ 2 mil 600 al mes, ahora ronda los US$2 mil 300 dólares. El agente destaca que muchos propietarios ofrecen un mes de alquiler gratuito y pagan la tarifa a la agencia. Es un mercado de inquilinos, donde los inquilinos con trabajo son cada vez más difíciles de encontrar.
Muchos inquilinos que desean permanecer en sus casas, pero no pueden hacer frente al alquiler, tratan de negociar planes de pago con sus arrendadores. Algunos han podido ‘sobrevivir’ con las ayudas al desempleo, que pueden llegar a los US$600 semanales, aunque la ayuda se mantiene hasta finales de julio. El Congreso de EE. UU. debe decidir si extiende esta medida por más tiempo.
Desastre a la vista
“Muchos inquilinos han logrado mantenerse al día con sus pagos de alquiler, pero si se acaban las ayudas ya no podrán hacerlo. Va a ser un desastre«, afirma Jonas Shaende, economista jefe del Instituto de Política Fiscal. «No parece haber ningún plan y el problema inminente enorme», agrega.
El Gobierno federal se ha apresurado a proteger el mercado hipotecario, con moratorias y aplazamientos para los propietarios hipotecados, pero todavía no hay un plan de rescate para los inquilinos.
En Nueva York, más de 700 mil hogares en alquiler han perdido sus ingresos por la pandemia, según el Centro Furman de la Universidad. No pueden ser desalojados, pero se pueden enfrentar a juicios por el impago de las rentas del alquiler, y pierde cada vez más capacidad para poder alquiler otra vivienda en un futuro.
Leído en: Bloomberg