Una vez más la revista eVolo hizo su habitual competición donde premia los diseños de rascacielos más imaginativos del mundo que desafían la arquitectura vertical, muchos de ellos, es posible, nunca se lleguen a materializar.
El propósito principal de eVolo Magazine con su premió anual que data de 2006 es impulsar el uso de nuevas tecnologías, materiales y nuevas formas de construir para poder visualizar cómo será la arquitectura del futuro.
Entre los ganadores hay rascacielos que recogen agua en África, que hacen hielo en el Ártico, que se construyen a base de apilar casas de agricultores o que respiran y se alimentan porque son organismos vivos.
Si bien, es posible que nunca se construyan, marcan el camino para una arquitectura sostenible que busca ayudar a mejorar el medioambiente, en lugar de sumar a la contaminación.
En el Concurso de Rascacielos 2022, el Jurado seleccionó tres ganadores y 20 menciones honoríficas de 427 proyectos que se postularon.
Tercer lugar
New Spring: Agro-ecological Skyscraper, que diseñaron Michał Spólnik de Austria y Marcin Kitala de Polonia, recibió el tercer lugar.
La propuesta se concibe como una agregación de módulos de jardín que contienen flora y microorganismos distintos que podrían desplegarse en regiones específicas que florecerían con nueva vida.
El rascacielos propuesto es un dispositivo a gran escala que conecta la naturaleza, la ciencia y los campos sociales. Es una agregación de módulos de jardín, cada uno perteneciente a un bioma particular, que contiene flora, suelo, microorganismos, animales pequeños y microclima distintos.
«Con una mirada positiva hacia el futuro, New Spring estimulará la biodiversidad y polinizará ecosistemas y culturas de polinización cruzada. Pero quizás lo más importante es que promoverá la cultura de compartir y preocuparse por la naturaleza. Nuestro Hogar», resaltan sus creadores.
Segundo lugar
Los ganadores del segundo lugar son Wang Jue, Zhang Qian, Zhang Changsheng, Li Muchun y Xu Jing de China por el proyecto Tsunami Park.
El proyecto está diseñado como un manglar habitado hecho por el hombre para la región de Tonga para prevenir tsunamis que afectarían a la Cuenca del Pacífico.
Este rascacielos tiene dos estados funcionales, el estado normal y el estado desastre.
En el estado normal, en el extremo inferior de las columnas, que está al nivel del mar, las personas pueden usar el espacio entre las columnas de concreto para la recreación, la reunión y la pesca.
Cuando ocurre un tsunami, el alto nivel de la plataforma se convierte en un sitio seguro, por lo que es un punto perfecto para que las personas «observen» el tsunami.
«El objetivo era reducir el daño biológico y ecológico causado por el tsunami. Utilizamos el efecto de ola de borde de los tsunamis para avanzar la ola de tsunami para que el edificio esté en el mar para disiparlo cuando aún no ha inundado la ciudad», destacan sus diseñadores.
Primer lugar
El primer sitio lo ocupó Climate Control Skyscraper (CCS, Rascacielos de Control del Clima), un diseñó de Kim Gyeong Jeung, Min Yeong Gi y Yu Sang Gu de Corea del Sur.
CCT se pensó para hacer frente al cambio climático y superar la actual crisis climática que enfrenta el mundo.
A través de las nubes generadas por la absorción de agua de mar, la crisis climática regula el clima lloviendo donde hay una sequía, absorbiendo nubes donde hay fuertes lluvias o reflejando la radiación solar.
El proyecto investiga el uso de una serie de rascacielos para modificar las condiciones climáticas que mejorarían la crisis climática mundial y detendrían la desertificación, el aumento de las temperaturas y los desastres naturales.