Las grandes metrópolis como Londres, París u Hong Kong ya no son tan atractivas para vivir según los trabajadores expatriados. Sus preferencias han cambiado, más ahora con la pandemia, y ahora se decantan por ciudades más pequeñas.

Lo que buscan es un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal, una buena atención médica y mayores facilidades de acceso a la vivienda. Valencia, Alicante y Lisboa encabezan la lista, con Málaga y Madrid, entre las 10 primeras.

La vida de todos cambió de alguna manera con el coronavirus. Y más aún se puede notar en la actividad que realizan los trabajadores expatriados, aquellos foráneos que viven y trabajan fuera de sus fronteras.

Ciudades relegadas

Las grandes metrópolis que siempre han sido las preferidas para vivir por su historia, su cultura y su comercio se han visto relegadas en esta ocasión por ciudades más pequeñas ahora que priman otras necesidades laborales y personales.

Según un estudio realizado por InterNations, una plataforma online de expatriados con sede en Múnich, el cambio de vida hacia ciudades más pequeñas ya se empezaba a apreciar antes de la llegada de lo peor de esta pandemia

La salud, la seguridad, el clima, el equilibrio entre la vida laboral y personal y el acceso a la vivienda son ahora las mayores prioridades de estos trabajadores foráneos que en este estudio han redirigido sus preferencias por las ciudades de costa.

En la encuesta realizada en marzo, Valencia, Alicante y Lisboa copan los tres primeros puestos, seguidas por Ciudad de Panamá y Singapur. Dos ciudades españolas más se unen al top 10 de mejores urbes para vivir como Málaga (6) y Madrid (9).

París ocupó el puesto 61 de 66 ciudades analizadas. 

Las grandes capitales europeas como Londres, París o Berlín caen a las últimas posiciones del listado por culpa de la insatisfacción laboral o el equilibrio entre la vida laboral y personal o las serias dificultades para poder acceder a una vivienda de calidad.

Esto se suma ahora, que están exhaustas después de las medidas de confinamiento y restricciones al ocio, la cultura y la restauración que merman lo mejor de la vida urbanita.

“Los expatriados en las grandes ciudades como Nueva York, Tokio, París, Hong Kong o Londres luchan por encontrar viviendas asequibles. En general, están insatisfechos con su situación financiera”, afirma Malte Zeeck, fundador y codirector ejecutivo de InterNations.

«Los expatriados en estas ciudades a menudo también están insatisfechos con su equilibrio entre el trabajo y la vida personal», concreta.

De Londres a Valencia

Derek Chandruang, un expatriado estadounidense de 38 años, sabe por qué Valencia se impuso. Pasó 15 años viviendo en Londres, pero se mudó a Valencia en septiembre.

Cambió un apartamento compartido de tres habitaciones con dos compañeros de habitación en Gran Bretaña por uno propio de tres habitaciones en el moderno barrio valenciano. Su apartamento, diseñado al estilo tradicional español, le cuesta US$1 mil 070 al mes para alquilar.

“Valencia tiene una combinación realmente ideal de ser una ciudad con todos los elementos de la vida urbana”, dijo Chandruang, quien es un ejecutivo en la industria de la música. “A pesar de que es una ciudad más mediana y manejable con proximidad a las playas”, concluye.

Peores clasificados

París, que ocupa el puesto 61, se vio afectada por problemas relacionados con la satisfacción financiera personal de los expatriados y los costos de vivienda. Cerca tres de cada 10 expatriados en París informaron estar descontentos con su situación financiera y el 70% dijo que la vivienda no era asequible.

De 66 ciudades, Londres registró 51 y Nueva York 34. Los expatriados informaron positivamente sobre las oportunidades profesionales en estas ciudades. Sin embargo, tenían costos, como viviendas caras o atención médica.

En los EE. UU. y en otros centros tradicionales para trabajadores extranjeros, la vida se ha vuelto más difícil para los expatriados, con políticas gubernamentales que restringen la inmigración de migrantes calificados.

La encuesta de InterNations se realizó en marzo, por lo que no captura el impacto total de los cambios que ha causado el covid-19. Sin embargo, los sentimientos capturados en la encuesta se hacen eco de las tendencias, como mudarse de las grandes ciudades mientras reevalúan el trabajo y la vida.

Fuente: Bloomberg

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