Latinoamérica se espera sea una de las regiones más afectadas por la pandemia por covid-19. Un pronóstico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señala una contracción de 5.3% en 2020, que traerá cambios estructurales en la organización productiva, el comercio internacional y el actual modelo de globalización.
Aunque cada país transita por distintas fases de la pandemia, Grupo Navent reunió a varios especialistas de inmobiliarias y desarrolladoras en el Foro Latinoamericano Real Estate 2020 para que compartieran su visión sobre la actualidad del mercado y plantear escenarios con miras al segundo semestre del año.
En México, la industria de la construcción estuvo considerada como esencial a mediados de mayo. De ahí que estuviera entre las primeras actividades en reanudar labores el 1 de junio con estrictos protocolos sanitarios.
Entre las oportunidades del mercado que vislumbra Julián Stastny, director de Desarrollo de Negocios en Homie, está continuar avanzando en el proceso de digitalización que permitió a inquilinos acceder a servicios de manera remota como recorridos, pagos de alquileres, contratos digitales, depósito en garantía.
En Brasil, durante la emergencia sanitaria 15 desarrolladoras inmobiliarias ingresaron en la bolsa de valores y tras concluir la restricción de movilidad ingresaron al mercado 1 mil unidades de vivienda, por lo que Alexandre Frankel, CEO de Vitacon, vislumbra fortalezas para el segundo semestre del año.
“Es complicado pronosticar un panorama certero post-covid.Sin embargo, es un hecho que la construcción debe estar preparada para los escenarios más diversos. El secreto es saber cómo trabajar todos los ángulos de los perfiles de clientes y tendencias para desarrollar ofertas inmobiliaria más asertivas y flexibles”, asegura.
E-commerce y home office
Dos tendencias que llegaron para quedarse son e-commerce y home office, las cuales tendrán efectos en la industria inmobiliaria tanto en el corto como en el mediano, considera Martín Boquete, director de Toribio Achával. “Hemos pasado otra crisis muy severas y en cada una la inversión inmobiliaria demostró ser el activo más sólido, con una recuperación más veloz de la esperada”, asegura.
En Argentina, la movilidad urbana, como una manera de responder a la necesidad de tener cercanía en los centros de trabajo y escolares, despunta la demanda de viviendas pequeñas en renta dentro de los primeros cuadros de las grandes urbes. El uso de espacios de manera flexible y con tecnología será una realidad cada vez más frecuente.