El sector inmobiliario europeo recuperó en 2022 los niveles de confianza en la evolución de la industria previos a la pandemia y encara el año 2022 como el de la recuperación. Así se recoge en el informe ‘Tendencias en el mercado inmobiliario en Europa 2022’, elaborado por PwC y el Urban Land Institute (ILE).
El estudio se realizó a partir de 844 entrevistas con los principales agentes de la industria como compañías inmobiliarias, fondos, inversores institucionales o entidades financieras.
El documento se presentó el pasado miércoles en un acto que contó con la participación de Juan Pepa, cofundador de Stoneshield Capital, Vanessa Gelado, country head de Hines España, Miguel Pereda, presidente del Grupo Lar y Chony Martín, consejera ejecutiva de Arima Socimi.
El estudio, bajo el título el Camino hacia la recuperación, desgrana el estado de ánimo y las perspectivas de sus principales actores para 2022 y revela un aumento del optimismo en el sector. El 52 % de los directivos entrevistados se declaran confiados en el crecimiento de sus negocios en 2022, casi treinta puntos más que el año pasado y veintisiete más que en 2020 (ver gráfico).
También aumentan las expectativas de rentabilidad con respecto a los dos últimos años: el 49 % espera que las rentabilidades crezcan durante este año y solo un 11 % que sean menores.
Unas perspectivas positivas que se sustentan en la fuerte demanda de activos por parte de los inversores, especialmente en aquellos segmentos menos castigados por la pandemia, y en la abundancia de liquidez en el mercado.
Amenazas externas
Sin embargo, este cambio de clima más optimista en el inmobiliario europeo no puede ocultar la existencia de un conjunto de incertidumbres, externas e internas, que pueden afectar a su desempeño final durante los próximos 12meses.
El informe revela que, por ejemplo, entre las cuatro principales amenazas externas, los directivos entrevistados señalan:
— Los ciberataques (67 % de los encuestados)
— La inflación (59 %)
— El endurecimiento de la política monetaria (55 %)
— La interrupción de la operativa de sus negocios (55 %), como consecuencia de los problemas en las cadenas de suministros.
Las amenazas también incluyen, el incremento de los costes y de los materiales de construcción, la escasez de activos atractivos para el desarrollo o la compra (66 %).
Finalmente, el aumento de las exigencias en materia de sostenibilidad y descarbonización en la industria (61 %).