Alejandro García es analista senior de inteligencia de mercado en INTUS. Si bien tiene la oportunidad de trabajar desde casa, las tareas en equipo prefiere hacerlas en la oficina, tal como lo hacía antes de la llegada del covid-19. «Soy partidario de un modelo híbrido: trabajo en los espacios de oficina y también en casa», responde al ser consultado si prefiere el teletrabajo o ir a las oficinas centrales.
De igual forma, Diego Bonilla, gerente comercial de Grupo Abarca, opina que si bien el teletrabajo le ha dado la oportunidad de compartir más tiempo con su familia, la oficina es un espacio irremplazable para sus tareas laborales. Como sea, ambos coinciden en que los espacios de trabajo en la oficina no desaparecerán por más que la pandemia haya originado cambios en la industria inmobiliaria, como por ejemplo, el auge del teletrabajo.
«El teletrabajo si afectará los espacios de oficina. Pero también puso a la vista como brindar de mayor eficiencia los espacios de trabajo. Si vamos a requerir espacios de oficina per se. Al final, mucho dependerá del giro de negocio de la empresa. Los espacios físicos de las empresas no se abandonan, se rediseñan», comentó.

¿Qué dicen los números?
García explicó que la emergencia sanitaria por la pandemia tuvo un impacto tan grande que empresas como Google adoptaron como obligatorio el trabajo remoto para sus empleados. «Definitivamente nos ha afectado en Guatemala, sí ha tenido sus consecuencias en el mercado local», agregó.
Las oficinas en renta tipo A+, A y B en la Ciudad de Guatemala pasaron de un espacio ocupado del 93%, antes de la pandemia, a 89%. Sin embargo, según el analista senior de INTUS, lejos de pensar que los espacios de oficinas «pasarán a la historia», están en «un proceso de transformación». «Las oficinas como las conocimos en los últimos años van a cambiar drásticamente», agregó.
Respecto a la cifra, Bonilla comentó que cuando arrancó 2020 se calcularon cerca de 100 mil m² de oficinas disponibles en el mercado nacional. En la actualidad, esos metros pudieron incrementar porque los proyectos avanzaron. Además, a nivel comercial, dijo, la sensación es que el «impacto» puede ser más que un 89%.
«Hay un porcentaje de oficinas que han salido al mercado que no son de nuevos proyectos, sino que de segundo uso. Ahí creo que ese porcentaje tiende a ampliarse y también depende del segmento al que está orientado del proyecto», resaltó el gerente comercial de Abarca.
«»Los proyectos han tenido una desaceleración en la absorción esperada, pero es muy temprano para saber qué va a suceder», Diego Bonilla, gerente comercial de Grupo Abarca.
Nuevo jugador: teletrabajo
Si bien muchos en la industria inmobiliaria, específicamente en el segmento de oficinas, indican que el teletrabajo dará lugar a una menor ocupación y menor número de personas en los espacios de trabajo, para Bonilla, dependerá de la región. «Localmente, el teletrabajo vino para quedarse, pero que vaya a ser un modelo adoptado al 100%, no lo creo», indicó.
En Guatemala, a favor de los espacios de oficina, está el componente cultural. A la hora de hacer negocios, de tener un acuerdo comercial, se requiere de un espacio físico para generar confianza. «No decimos ‘vamos a un café (local) a firmar un documento’, preguntamos en dónde están sus oficinas», ejemplificó el gerente comercial de Abarca sobre la formalidad habitual en los procesos comerciales.
Por otro lado, el home office implica que en la vivienda exista un espacio adecuado y específico para poder realizar las actividades diarias de oficina. Después de seis meses, existen personas que no logran hacer un «match» con el trabajo en remoto porque no todos pueden adoptar el modelo en su hogar. «En casa hay muchas distracciones, y a veces se requiere de un espacio físico para lograr enfocarse en el trabajo», comentó Bonilla.
«Paulatinamente vamos a recuperar el 100% asistiendo al lugar de trabajo», Diego Bonilla, gerente comercial de Grupo Abarca.
Nodos de oficina
Para García, si bien el teletrabajo «vino para quedarse», no necesariamente tomará el lugar que ocupan para los trabajadores los espacios de oficinas. «Creo que ciertos roles van más acorde al teletrabajo, pero negociaciones, vivistas a proveedores y otras actividades, sí necesitan de un lugar para reunirse», comentó.
A futuro, el analista consideró que los espacios de oficina empezarán a reformularse. Entre las tendencias mundiales y que ya se ven en Guatemala es que se empiezan a descentralizar las oficinas. Es decir, no se trata de tener una sede donde están 150 empleados, si no espacios pequeños que actúan como nodos de oficina que se apoyan en la tecnología», explicó al señalar bajo esa modalidad las oficinas pueden retomar su posición en el mercado.
Bonilla indicó que mes a mes ha visto como Guatemala queda en el bloque de países que saldrá de la crisis «salvando la salud y la economía». «Hemos adaptado las normas de seguridad y cada uno será consciente de las medidas necesarias para el regreso a los espacios laborales«. Y concluyó: «A partir del segundo semestre del 2021 ya vamos a estar en una normalidad de uso de espacios laborales».
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