El uso de ladrillo y adobe, como métodos de construcción tradicionales en la mayoría de edificaciones, agravaron los efectos del terremoto ocurrido en Marruecos el 8 de septiembre, según expertos del sector.
El epicentro del devastador terremoto se produjo en las montañas del Alto Atlas, a unos 71 kilómetros al suroeste de Marrakech. Esta zona no suele tener muchos terremotos en comparación con otros lugares cerca de los bordes de las placas tectónicas.
Hasta las 19.00 hora local (GMT+1) del 11 de septiembre se estimaba 2.862 muertos y 2.562 heridos en las diferentes regiones afectadas. Este es el peor terremoto ocurrido en Marruecos en más de sesenta años.
En una publicación del portal Contrucción Latinoamericana (CLA), se menciona que Ziggy Lubkowski, director asociado y experto en diseño sísmico de Arup, dijo que se trata del terremoto más devastador en la región desde el de Agadir en 1960, que provocó entre 12.000 y 15.000 muertes.
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El epicentro se situó entre Agadir y Marrakech, en el extremo sur de las montañas del Atlas, por lo que ambas ciudades se salvaron del impacto total del terremoto.
El uso de ladrillo y adobe como material de construcción para propiedades residenciales probablemente provocará varios derrumbes. Desafortunadamente, las estructuras de ladrillo y adobe son muy susceptibles a los terremotos, debido a su naturaleza quebradiza.
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Fallas en construcción de mampostería no reforzada
En un reportaje publicado en NorthEastern Global News, Mehrdad Sasani, profesor de ingeniería civil y ambiental de la Universidad Northeastern (EE. UU.), comentó que: “El problema más importante aquí es que en esa región, la construcción con adobes y la construcción con mampostería no reforzada parece ser frecuente y fallan cuando ocurren terremotos».
“Hemos visto ese (fracaso) en el pasado, una y otra vez”, dijo Sasani. “Es desafortunado, es un problema social, económico y técnico, y veremos problemas repetitivos en los que los terremotos causarán tales daños”.
Mientras que Jesús Galindo-Zaldívar, que ha estado realizando investigaciones sobre la formación de las montañas del Atlas y su geología, dijo a Reuters Connect que la mejor manera de minimizar el daño sísmico es mejorar los códigos de diseño de edificios sísmicos para resistir la mayor actividad sísmica posible.
Esto ayudará a que los edificios y otras estructuras resistan mejor las sacudidas fuertes. Además, es crucial reforzar las casas tradicionales y las construcciones en piedra en los pueblos de montaña para evitar futuros desastres.
“Las nuevas construcciones deben probarse y diseñarse de forma económica y eficiente, respetando las nuevas normas de construcción sísmica”, expresó.