Vinte, desarrolladora de vivienda en México, tuvo un 2020 difícil. La crisis económica y la suspensión de actividades a inicio de año provocaron que la empresa se mudara a un plan sumamente austero.
“Nuestro tema fundamental fue rescatar toda la maquinaria: la fabricación de viviendas y los empleados. La meta fue no dispensar de nadie y que la gente estuviera preparada para un posible regreso”, cuenta Sergio Leal Aguirre, su presidente ejecutivo.
Los esfuerzos rindieron frutos. A pesar de que la empresa sí tuvo una caída en venta —7% menos—, la afectación no fue como se esperaba. Y así sucedió con la mayor parte de la industria. Durante el primer año de pandemia, la producción de viviendas tuvo una contracción de 12,9% respecto al año anterior.
Datos del Registro Único de Vivienda (RUV) indican que se construyeron 157 mil 800 unidades. En la colocación de vivienda solo se decreció 0,5%, tomando en cuenta los créditos solicitados. Respecto al monto financiado, hubo un retroceso de 1.4%.
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“Prácticamente salimos en línea con el año inmediato anterior. Evidentemente hubiéramos querido un crecimiento, pero ante la gravedad de una crisis como la observamos, no sucedió”, explica Gonzalo Méndez Dávalos, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi), y quien califica al sector como resiliente.
¿Qué espera en México para 2021?
Para este 2021 se tiene previsto un año levemente más optimista, con la producción de entre 230 mil y 250 mil unidades construidas. Sin embargo, para que los buenos pronósticos se hagan realidad, la industria está esperanzada en la vacuna.
Pero, además de la situación sanitaria, el sector necesita reforzarse financieramente. Las tasas hipotecarias también ayudaron a incentivar la compra de vivienda y se espera que este año también contribuyan.
Durante el 2020 bancos como Santander, por ejemplo, anunció tasas de 7.75%. Esto impulsó a las personas a proteger su patrimonio del deslizamiento de la moneda.
También programas gubernamentales como Unamos Créditos de Infonavit, fueron una buena respuesta para que las personas pudieran adquirir sus viviendas. No obstante, aún hace falta sumar esfuerzos para encontrar una alternativa para las personas no afiliadas.
Leído en: Obras y Expansión
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