Es claro que una de las grandes diferencias que existen entre las sociedades occidentales y las orientales radica en la concepción que se tiene de los adultos de la tercera edad (edad de oro).
Mientras que en las sociedades occidentales se evita pensar en esa etapa de la vida, en las sociedades orientales respetan y admiran mucho a las personas que se encuentran en la edad de oro.
Las sociedades orientales consideran el pilar de la sociedad y una fuente de sabiduría. Es por esto, que planifican mejor su vida en torno a la vejez que los occidentales.
Hogar según etapa de vida
La vida se vive por etapas, y cada etapa tiene su hogar perfecto:
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De adulto joven – soltero busca un vecindario alegre, con jóvenes igual que ellos, con vida social.
En el caso de adulto – padre de familia buscan un vecindario con otros niños, juegos infantiles, piscina, y amenidades familiares.
Y, los adultos en edad de oro, probablemente buscan un vecindario tranquilo, sin jóvenes fiesteros y muy cercano a clínicas y otros servicios básicos.
«Trabajamos, invertimos y nos ejercitamos hoy, para tener un futuro asegurado tranquilo e independiente»
Los tiempos cambian, y hace algunas décadas era normal en Guatemala creer que la vejez se pasaba en casa de los hijos, con hijos viviendo en casa o en hogares para ancianos.
Sin embargo, ahora todos imaginamos una vejez en nuestro propio hogar, de manera independiente, siguiendo nuestras rutinas y viviendo cerca de todos los servicios necesarios para pasar esta etapa más tranquila y feliz.
En Guatemala, se están empezando a planificar los primeros complejos que cumplan esta demanda:
— Edificios adaptados para uso de silla de ruedas.
— Cercanos a clínicas y hospitales.
— Ubicado dentro de una zona segura.
— Con servicios cerca para ir caminando a la lavandería, al supermercado, a la barbería, a un café, lo que permite mantener la independencia.
— Amenidades dentro del edificio como salas de lectura, piscinas climatizadas, áreas de niños para recibir a nietos.
— Áreas de café permanente para platicar con los vecinos.
— Apartamentos sin gradas y con balcón para tener un lugar para tomar el aire fresco y disfrutar de amaneceres y atardeceres.
— Edificios pequeños en los que los guardias conozcan su nombre, lo cuiden y puedan apoyar ante cualquier emergencia.
Conclusiones
La buena costumbre de los países del continente oriental de invertir pensando en el futuro es algo para aprender.
Debemos invertir hoy, pensando tanto en el mediano como el largo plazo, para recibir la vejez preparados y con independencia.